“Doña Lidia”
es la marca con la que un grupo de nuevas empresarias del tostado del café
quieren lanzarse al mercado internacional. En 2004, la Cooperativa los Pinos
recibió una invitación de la organización no gubernamental internacional “Hivos”. En ella, se proponía la formación de una pequeña
empresa de tostadoras de café con todos los gastos pagados. El único requisito
que se impuso era que todas las integrantes del proyecto fueran
mujeres.
Sin pensarlo
mucho, corrieron la voz e hicieron la convocatoria con todo el personal femenino
que estuviera interesado. Muchas cortadoras de café encontraron atractiva la
idea y decidieron inscribirse en el plan. Iniciaron las charlas y las
capacitaciones. Sin embargo, no todas tenían suficiente tiempo para incluir una
tarea más entre el ajetreo del trabajo y sus hogares.
Algunas
desistieron, pero 15 mujeres lograron mantenerse unidas. Desde hace dos
octubres, que la idea llegó a manos de la Cooperativa, no cesaron de trabajar
hasta que conformaron la Asociación de Mujeres Empresarias de las Riberas del
Lago Coatepeque (AMELCOAT).
Con la ayuda
de Procafé (Fundación Salvadoreña para la
Investigación del Café), el grupo
de cortadoras está en el proceso de aprendizaje de las técnicas del tostado. Con
miradas absortas, sencillas y receptivas, estas mujeres tratan de trascender de
la corta y estrenarse como empresarias.
“La
Cooperativa nos prestará el nombre de su café Atalaya”, comenta Maritza Beltrán, integrante de AMELCOAT. Con ese nombre,
entrarán en el mercado nacional, pero en el internacional usarán el de “Doña
Lidia”, en honor a la mayor de sus compañeras. “Doña Lidia trabajó toda su vida
como cortadora y le ha puesto ganas al proyecto”, afirma Isabel Montoya, otra de
las integrantes.