fonte: Cepea

Federación Nacional de Cafeteros de Colombia: 80 años

22 de junho de 2007 | Sem comentários Español Geral

Antecedentes y creación FNC

Dada la creciente importancia del sector cafetero durante las dos primeras décadas del siglo XX y ante la necesidad de hacer viable, eficiente y competitiva la caficultura colombiana, los caficultores del país se reunieron en el marco del Segundo Congreso Nacional Cafetero, celebrado en Medellín entre el 21 junio y el 1 de julio 1927, con el fin de crear la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Dicha iniciativa contó con el apoyo de la Sociedad de Agricultores de Colombia y de los Gobiernos Nacional y Regional.

  Desde su fundación, la FNC ha actuado como el representante legítimo de los intereses de los caficultores y como la entidad coordinadora de la política cafetera de Colombia, tanto en el plano nacional como internacional. Adicionalmente, desde sus orígenes ha tenido una clara orientación hacia la búsqueda permanente de recursos para atender las necesidades de las zonas cafeteras, por medio de inversiones y programas que redunden en la mejora del bienestar del caficultor.


Estructura FNC

De acuerdo con los estatutos actuales, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia es una institución de carácter gremial, de derecho privado, apolítica, sin ánimo de lucro, integrada por los productores de café de las distintas regiones del país que acrediten dicha condición con la cédula cafetera, que se inscriben como miembros de ella y que, como cultivadores permanentes, posean o exploten cafetales de por lo menos 0,5 hectáreas o 1.500 plantas de café.

Todos los productores federados, con Cédula Cafetera, son convocados a las elecciones cafeteras. En ella se eligen los miembros de los Comités Municipales y Departamentales de Cafeteros, los cuales a su vez eligen los delegados al Congreso Nacional Cafetero, máxima autoridad de la Federación. 

Hoy en día existen 15 Comités Departamentales y 356 Comités Municipales, cada uno con 6 miembros principales y sus respectivos suplentes, encargados de representar y defender los intereses de los cafeteros de sus regiones y ejecutar la política, proveer los servicios e implementar los programas definidos por el Congreso y el Comité Nacional de Cafeteros, para el beneficio de la totalidad de los caficultores del país. Actualmente, hay más de 4.400 líderes cafeteros a lo largo del territorio nacional trabajando por los intereses de su sector, lo cual demuestra el carácter democrático de la institucionalidad cafetera. 


Gestión Internacional

 La Federación ejecuta la política cafetera internacional de Colombia y asiste a los foros cafeteros internacionales, con el fin de defender los intereses de los caficultores del país. Al lado de Brasil, ha desempeñado un importante papel en la celebración de los Acuerdos Cafeteros Internacionales. Ejemplo de lo anterior es el Pacto de Cuotas de 1940, suscrito por los productores latinoamericanos y diseñado para el control de la oferta y garantizar unas condiciones de comercio equitativas. Por su parte, el Acuerdo Internacional del Café – AIC, firmado en 1962, permitió suscribir un nuevo pacto, más amplio, en el cual participó casi la totalidad de los países productores (que representaban el 95% de la producción mundial) y los principales consumidores. Este pacto fue sucesivamente refrendado hasta su derrumbe en 1989.

 Así mismo, la FNC fue fundamental para la creación de la Organización Internacional del Café (OIC) en 1963. Este es actualmente el máximo organismo multilateral del café encargado de aglutinar tanto a productores como consumidores para tratar los temas más importantes que afronta la industria.

 Igualmente, los esfuerzos de la diplomacia cafetera colombiana han continuado después de la ruptura de las Cláusulas Económicas del Acuerdo Internacional del Café. Es así como la FNC encabeza las actuales negociaciones para la firma de un nuevo Acuerdo con la participación de los Estados Unidos y Europa. Además, lidera la diplomacia cafetera internacional para llevar al caficultor a participar de los eslabones más altos de la cadena mundial del valor del café.


Aseguramiento y promoción de la Calidad

El precio del café depende en gran medida de su calidad y de la percepción que el consumidor tenga de la misma. Por ello desde el primer presupuesto de la FNC, se definió como una prioridad el mejoramiento de la calidad del grano y la promoción de nuestro café en los mercados internacionales. Además, desde la década de 1930 se establecieron disposiciones legales para defender la calidad del café de exportación y para establecer la clasificación de las diversas calidades de café proveniente de las distintas regiones de Colombia.

De esta época data el primer registro de café identificado como 100% colombiano. Entre las décadas de los años sesenta y nos noventa se consolida una estrategia de diferenciación responsable por el posicionamiento del café colombiano como uno de los mejores a escala internacional. Es así como en 1959 se crea el personaje Juan Valdez y posteriormente en los años ochenta el logo de Café de Colombia.


Contribución Cafetera y Fondo Nacional del Café

A partir de la creación de la FNC, con el fin de garantizar el cumplimiento de los objetivos propuestos para cumplir su misión, el Congreso de la República, mediante la Ley 76 de 1927,  autorizó la creación de un gravamen de 10 centavos por cada saco de 60 kilos que se exportara. El monto de la contribución cafetera ha variado a través de la historia y ha sido utilizada para proveer múltiples servicios y bienes públicos a los caficultores, dentro de los que se destacan: investigación y experimentación científica, promoción y publicidad, garantía de compra de la cosecha cafetera, asistencia técnica y extensión rural, programas de inversión social, entre otros.

En 1940 se dio la estructura básica al Fondo Nacional del Café (FoNC) con el objetivo prioritario de contribuir a estabilizar el ingreso cafetero. Para ello, sus funciones incluían la adquisición de café y sus gastos complementarios como consecuencia de la aplicación del Convenio de Cuotas Cafeteras, entre otros. El Fondo se nutre de la Contribución Cafetera realizada por los caficultores, y ésta es invertida en los diversos programas y bienes públicos que la institucionalidad cafetera ofrece a los productores.


Apoyo a la comercialización y creación de empresas para el fomento de la caficultura
Para fortalecer la comercialización de café y asegurar la garantía de compra se creó la División de Comercialización de la FNC, y se dio comienzo a la formación de las Cooperativas de Caficultores en 1959. Éstas tienen como fin primordial comprar el café a los productores y prestarles a sus socios servicios complementarios como venta de herramientas e insumos, ejecución de programas de crédito cafetero y capacitación, entre otros.

 La Federación también contribuyó a la formación de otras entidades para el apoyo de la comercialización, la producción, el crédito al sector rural y el blindaje asociado al riesgo de las actividades cafeteras. En tal sentido, nació la Flota Mercante Grancolombiana (1946), la Agrícola de Seguros (1952), la Industria Colombiana de Fertilizantes (1952) y el Banco Cafetero (1953).


Investigación y difusión del conocimiento

La investigación y difusión del conocimiento fue desde un comienzo una de las preocupaciones más importantes de la FNC. Esto se refleja en la aprobación de una partida equivalente al 25% del presupuesto total de la FNC en 1928, con el fin de establecer la “Sección Científica” y “Granja de Experimentación de cultivo y beneficio del café”, que serviría de centro de investigación y demostración, al igual que de capacitación del Servicio de Asistencia Técnica.
 
En 1938 se creó el Centro Nacional de investigaciones de Café, Cenicafé, con el propósito de generar, adaptar y transferir conocimientos científicos y tecnológicos de acuerdo con las necesidades de los caficultores. Desde entonces, sus investigaciones, dentro de las cuales se destaca la creación de la Variedad Colombia (hoy Castillo®) resistente a la roya, han contribuido de manera significativa a la tecnificación de la caficultura colombiana. En los últimos años se ha venido investigando el genoma del café, entre otras muchas actividades.

En 1959 se integraron las diversas campañas y servicios de asistencia técnica que se venían ofreciendo de manera separada, bajo el nombre de Servicio de Extensión Rural. Hoy en día la FNC cuenta con un servicio de extensión apoyado por más de 1.000 técnicos y agrónomos encargados de difundir los conocimientos tecnológicos y empresariales, con el fin de incrementar el ingreso y el bienestar de las familias cafeteras colombianas. La difusión de los conocimientos incluye métodos individuales, grupales y masivos, dentro de los cuales vale la pena destacar el programa de televisión “Las Aventuras del Profesor Yarumo”, que lleva 22 años de transmisión.

En 1965 se creó la Fundación Manuel Mejía, como entidad dedicada a contribuir en la formación del caficultor, su familia y la comunidad rural. Hoy en día la Fundación ha incursionado en los programas de educación virtual para apoyar los procesos de aprendizaje de la población cafetera adulta y el personal de la FNC.
 
Ruptura del Acuerdo Internacional del Café, crisis y nuevo paradigma

La crisis cafetera de inicios del siglo XXI tuvo su origen en los procesos de ajuste de la caficultura mundial desatados por la ruptura de las Cláusulas Económicas del Acuerdo Internacional de Café en 1989. A partir de entonces, se eliminaron los instrumentos de manejo del comercio mundial del grano que hasta entonces permitieron un desarrollo ordenado del mercado internacional del café.

Ese nuevo entorno desató una expansión excesiva de la producción mundial, particularmente en Vietnam y Brasil, creándose un exceso crónico de producción que llevó los precios reales del grano a los niveles más bajos de la historia.

Esta situación tuvo consecuencias devastadoras sobre el ingreso de los productores y amenazó la sostenibilidad de las instituciones cafeteras colombianas. Esta coyuntura demandó una nueva estrategia que permitiera adaptarse a los desafíos del presente.

Actualmente, la política de diferenciación y valorización del café colombiano busca escalar posiciones en la cadena de valor de café, buscando acercar al productor al consumidor final, con el objetivo de lograr mayores ingresos para los caficultores.

Los resultados han sido evidentes. Las exportaciones de cafés especiales del Fondo Nacional del Café superaron los 700.000 sacos en 2006, mientras que más de 1,56 millones de sacos contaron con algún grado de valor agregado. Adicionalmente, con la apertura de 84 Tiendas Juan Valdez (al cierre de junio) cada vez se está más cerca del consumidor final, esfuerzo que se ha visto multiplicado con nuevos canales de mercadeo en grandes superficies, así como la diversificación en bebidas lista para tomar y los PODs. Igualmente, otro esfuerzo por generar mayor valor agregado se presenta en la nueva ampliación de la Fábrica de Café Liofilizado (Chinchiná, Caldas), fundada en 1970.

Aporte de la FNC al bienestar de los caficultores, al crecimiento del sector y  del país
Desde la creación de la FNC la caficultura colombiana ha crecido notablemente. Esto se evidencia no sólo en la ampliación del parque cafetero, que pasó de 356 mil hectáreas en 1932 a 873 mil en 2006, sino también en la producción que se incrementó en un 260% durante el mismo período.

 El café y la FNC han contribuido significativamente al crecimiento económico colombiano. Desde hace más de un siglo el café es el principal producto agrícola del país. Durante los últimos 50 años el café ha representado alrededor del 20% del PIB de este sector. Adicionalmente, las exportaciones de café han sido de gran importancia para la obtención de divisas para el país.

 Hoy en día, la FNC representa los intereses de más de 560 mil familias productoras (alrededor de 2 millones de personas) que dependen directamente de la producción del grano. El 94% de ellas cuentan con cafetales de extensiones menores a cinco hectáreas. Para contribuir al bienestar de esta población, la FNC ha invertido cuantiosos recursos para la construcción de escuelas, centros de salud, vías, electrificación, puentes, acueductos, etc . Tan solo en el último año, la inversión aumentó 22%, con una ejecución de recursos por más de $196 mil millones de pesos, de los cuales el gremio aportó cerca del 30%, y obtuvo los recursos restantes del Gobierno Nacional y Regional, Cooperación Internacional y Nacional, y de la misma comunidad.

Mais Notícias

Deixe um comentário

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.