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La reducción del precio interno, la falta de préstamos y la escasez de recolectores preocupan a los cafeteros del Quindío.
Pese a la crisis cafetera que azotó por más de una década al Quindío, el aroma de café sigue rondando en cada esquina de este departamento.
Si bien muchos productores del grano optaron por cambiar o combinar sus cultivos con frutales, plátano, incluso otros fueron más radicales y se volcaron a la ganadería o al turismo, en los últimos dos años el cultivo tradicional de este departamento volvió a reinar.
Esto se debió a la mejoría en las cotizaciones internacionales del grano, las cuales se reflejaron en los precios internos pagados a los cultivadores.
Con ello, la esperanza volvió a tomar fuerza entre los quindianos, ya fueran grandes, medianos o pequeños productores de café.
Pero indudablemente los más agradecidos son los pequeños, que representan el 68 por ciento de los cultivadores de Quindío.
Jesús Javier Quintero es uno de estos beneficiados. Tiene tres hectáreas de cultivos de café y con la mejoría de los precios logró pagar sus deudas, renovar sus cafetales y abonarlos, aunque no le alcanzó para hacer mejoras a su vivienda
“Lo mejor que saqué fue obtener un café de buena calidad, por cambiar los cafetales viejos que no permitían obtener un producto de buen sabor y no podía venderlos a buen precio en el mercado”, explicó Quintero.
Justamente por la buena calidad del grano, hace una semana, cuando se pagaba el café a 46.000 pesos la carga, logró venderla a 49.000.
En la actualidad, los 18.000 palos del grano que tiene en su finca ya fueron renovados y lo mejor es que no tiene deudas ni con bancos, ni con la cooperativa ni con particulares.
El año pasado, el Comité de Cafeteros del Quindío entregó 1.800 millones de pesos en incentivos a productores de la zona por la renovación de los cafetales y para este año el presupuesto es de 2.000 millones de pesos.
Otro de los beneficiados fue Jaime Sánchez, un mediano productor de Calarcá. Este campesino conocido por su terquedad, comenzó a modificar sus técnicas de cultivo hace seis años. De ahí que en la actualidad los 57.000 palos que tiene en 10 hectáreas están renovadas lo que le ha permitido tener cafés de muy buena calidad, tanto así que vende su producto a particulares que viajan desde Bogotá para hacer negocio, lo que le permite vender su café a mejores precios.
Pero no todo es color de rosa. Justo en momentos en que los cafeteros de la región pasaban por sus mejores momentos, hubo un recrudecimiento del invierno, lo que aplazó la floración del café, lo que indica que este segundo semestre del año no será bueno.
Lo preocupante es que para los pequeños productores el sustento de este período del año tendrá dificultades. Quizás dependerá de los cultivos de plátano o de naranja, porque tienen un gran temor de volverse a endeudar.
Sin embargo, para los grandes productores, como Alvaro Correa, el próximo año será muy bueno, justamente por el aplazamiento de la producción, por lo que todo el 2007 tendrá producción continua.
Otra de las preocupaciones que tienen los productores del grano es la escasez de mano de obra, especialmente en los días pico de recolección.
Pese a que los pagos por recolección han mejorado, ya no hay tanta oferta de mano de obra y esto se debe a que sectores como la construcción están jalonando estos trabajadores.
Los cafeteros se financian con préstamos particulares
El temor de los cafeteros, especialmente de los medianos y pequeños, al sistema financiero es tan alto que prefieren optar por otros mecanismos de financiación diferentes a los bancos que están presentes en el departamento.
Elías Mejía, mediano productor de la zona, ha optado por utilizar el cupo que tiene en su tarjeta de crédito para realizar el abono de sus cultivos.
“El Bancafé debería cambiar su razón social, pues no es el banco de los cafeteros, ya que acceder a un préstamo es muy complicado”, dijo Mejía.
Tan sólo un banco comercial ha comenzado a ofrecer préstamos en la región, pero son pocos los productores que se han acercado a solicitarlos.
Esta falta de credibilidad en el sistema financiero no es en vano. Jesús Javier Quintero estuvo a punto de perder su finca por una deuda que finalmente logró refinanciar y que hasta hace poco terminó de pagar.
En la actualidad, se financia con préstamos de particulares, aunque puede resultar más caro.
Nubia Arbeláez, que es una mediana productora de los alrededores de Armenia, también se financia a través de particulares y prefiere no acercarse a los bancos, pero su desconfianza radica en la pérdida de su vivienda.
Para el gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, Gabriel Silva, la relación entre los cafeteros y los bancos mejorará próximamente debido a que ha habido una recuperación de cartera y a que los campesinos han mejorado su capacidad de endeudamiento.
El precio interno vuelve a preocupar
Si bien el invierno ha golpeado a todos los productores de café, los medianos tienen una preocupación adicional: la disminución en el precio interno.
Jorge Iván González, un mediano productor aledaño a Armenia, cifró todas sus esperanzas en un precio interno cercano a los 60.000 pesos la carga. De ahí que los lotes que había sembrado con plátano y frutales los volvió a cultivar con café a la espera de este precio, pero cual ha sido su sorpresa al tener un precio actual cercano a los 46.000 pesos.
“El precio llegó a 56.000 pesos se mantuvo durante 15 días y ahora volvió a bajar. Algo está pasando en los mercados que no es normal y ha provocado estas disminuciones”.
La explicación de esta disminución, según el gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, Gabriel Silva, es que en la actualidad hay un elemento que no había hace cuatro años y es la volatilidad, por lo que este año comenzaron a adoptar medidas para enfrentar el riesgo de la volatilidad. Sin embargo, se toma tiempo que estas medidas lleguen a los productores, que son los directos afectados.
Por ahora, Jorge Iván, que ya no tiene plátanos tendrá que hacer frente a la situción almacenando café a la espera de un mejor precio o con el turismo.
EN BUSQUEDA DE CAFES ESPECIALES
Los productores de café del Quindío se han preocupado de tal forma de mejorar la calidad de sus granos que ahora tienen en su mentalidad la producción de cafés especiales.
Desde los pequeños hasta los grandes productores están interesados en participar en la Taza de la Excelencia.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que en el mundo se producen cerca de 6 millones de toneladas de cafés especiales y la demanda es tan sólo por dos millones. Justamente, el gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, Gabriel Silva, recomienda que los productores colombianos se centren en sacar cafés de máxima calidad, porque esas primas son las que se pagan en el mundo.
La producción de cafés orgánicos también son positivas, pero resultan muy caros y complicados sus procesos de producción. Lo recomendable es combinar estos cultivos con los cafés de buena calidad.